El pasado es un carrusel
- Camilo Fidel López
- 10 may 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 13 may 2023
Hace poco lo noté. Esa noche volví a contar una historia que significó mucho para mí. Una época vieja que aún se balancea entre el amor y el desprecio. Esta vez me fijé -con sorpresa- que luego de repetir unos hechos, que el tiempo vuelve resbalosos, mi presencia había cambiado. Me refiero al puesto específico que ocupaba en mi memoria. En esta oportunidad, me sentí una víctima manipulada luego de que por años había sido tan solo un benefactor desinteresado. Cuando me fui a dormir, recordé que aparte de esas dos encarnaciones, también, a lo largo y ancho de los años, había sido otros: el inmaduro vengativo, el ausente y desatento, el mucha cosa, el poca cosa. El arruinado y el indiferente.
Dejé que un par de días fermentaran el asunto. Una de las líneas más significativas de esa epístola de perdón que es HER, la maravillosa película de Spike Jonze, regresó una y otra vez: “el pasado es solamente una historia que nos contamos a nosotros mismos”. Aún me sigue pareciendo cierta pero ahora pienso que está incompleta. El pasado es una historia que nos permite cambiar de lugar, diría yo. Pues no se trata de una condena irredimible e insalvable. Más bien, la oportunidad de vernos, con el paso de los días, sometidos a distintas caracterizaciones que aparentan ser inmóviles pero no lo son. Como en un carrusel, al que regresamos pero en el cual preferimos cambiar de caballito. El mismo giro y el mismo vals pero desde otro lugar, otra altura y otra montura.

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